Existen varias medidas con las que podrás reducir la huella de carbono del embalaje que empleas en el empaquetado de tus productos. En este blog te lo explicamos.

Todos, en nuestro día a día, dejamos una huella de nuestro paso por el mundo. A lo largo de nuestro ciclo de vida consumimos recursos del planeta tierra y esto causa un impacto en el medio ambiente en forma de emisiones a la atmósfera. El embalaje, obviamente, no se libra de participar en esta rueda. Y una de las formas de calcular la repercusión medioambiental de su producción y utilización es el concepto de huella de carbono del embalaje.

Pero, ¿cuál es la huella de carbono del embalaje?

La huella de carbono de un individuo, organización, producto o acción se determina en función de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que conllevan sus actividades, no importa si es de manera directa como productor o indirecta como consumidor.

Esta medición toma en consideración diversos tipos de GEI, incluyendo, entre otros, vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno, ozono y clorofluorocarbonos, y se expresa en unidades de CO2eq, es decir, de equivalente en dióxido de carbono.

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Y entonces, ¿cómo se calcula la huella de carbono del embalaje?

Para calcular la huella de carbono de los embalajes que usamos a diario, necesitamos tener en cuenta las emisiones de Gases de Efecto Invernadero originadas en cuatro momentos clave, a lo largo de su vida:

  • Producción: acá debemos analizar tanto las materias primas que lo componen (papel, cartón, plástico…) como su transformación en producto final cuando está listo para la comercialización.
  • Transporte: se estudia cuánta movilizacion necesita el embalaje desde que se inicia su fabricación (traslado de las materias primas a la fábrica), pasando por un almacenaje como producto terminado, hasta su llegada al usuario final.
  • Vida útil: distinguiendo entre el embalaje reutilizable y el de un solo uso.
  • Reciclaje y gestión de los residuos: en la última fase del ciclo.

Por qué tomar medidas para reducir la huella de carbono del embalaje

Reducir la huella de carbono del embalaje es imprescindible para luchar en contra del cambio climático. En este sentido, el Center for International Environmental Law (CIEL) alerta en su estudio Plastic & Climate: The Hidden Costs of a Plastic Planet  que las actividades de producción, incineración y compostaje de plástico fueron las culpables de la emisión de más de 850 millones de toneladas métricas de CO2 en 2019 a nivel mundial. El equivalente a la polución generada por 189 centrales térmicas de carbón de 500 megavatios a pleno rendimiento durante todo el año.

Si la industria del plástico se mantiene en estos niveles en los próximos años -y las previsiones no son alentadoras-, la comunidad internacional fracasará en su objetivo de frenar y detener el incremento de la temperatura del planeta. Es decir, no será posible mantenerlo por debajo de los 1,5ºC de cara al 2050.

¿Cómo puedo ayudar a reducir la huella de carbono con mis embalajes?

Te preguntarás ¿hay algo que pueda hacer para evitar esta catástrofe? ¡Por supuesto!

Existen varias medidas con las que podrás reducir la huella de carbono del embalaje que empleas en el empaquetado de tus productos. Pero la mejor de todas es preguntarse: ¿qué es mejor: plástico, cartón o papel elaborado con materias primas 100% recicladas?

Para fabricar un kilo de plástico se emiten 3,5 kg de CO2

Para fabricar un kilo de papel se emiten: 3,3 kg de CO2

Para fabricar un kilo de papel reciclado se emiten: 1,8 kg de CO2

Desde Ecopulpack, te invitamos a utilizar productos de alta calidad, biodegradables y respetuosos con el medio ambiente, tales como nuestros papeles tipo Kraft en diferentes gramajes y nuestro protector de embalaje en pulpa moldeada, sustituyendo el uso de materiales de empaque no biodegradables, reduciendo así la huella de carbono de tu producto.

 

Imagen Markus Spiske en Pexels